jueves, 10 de noviembre de 2016

~ Otanjoubi omedetto ~


Sí~ Eso es, ayer fue mi cumpleaños, yeey~

La verdad es que fue el mejor desde hacía mucho tiempo. Curiosamente.
Lo pasé realmente bien. Recibí el mejor regalo del mundo (un vídeo genial~), y comí todo lo que me gusta.

A decir verdad hasta que no llegué a casa, casi a las 9 de la noche no me di cuenta de que Hoshi no me había felicitado.
Si soy sincera no me quejo, porque pasé el día divirtiéndome y conseguí sacarle de mi mente, lo cual es genial. Pero honestamente cuando llegaron las 11 de la noche, las 11:30... Me asusté un poquito.

Pensaba que se habría olvidado. En realidad no me sorprendería nada, pero no lo hizo. Y lo más gracioso es que mi estúpido y masoquista corazón se sintió más que aliviado.
Me pregunto si esa era la última vez que me dirá "feliz cumpleaños".

Recuerdo que en su cumpleaños de hace unos años le dije, en un vídeo que le hicimos, que le daba las gracias a Dios, al universo o a quien sea que hubiera permitido que naciéramos en el mismo mundo, la una junto a la otra. Que de todo corazón quería estar con ella en aquel, en el siguiente, y el siguiente a ese, y en de sus 20 y tantos y sus 50 y tantos, y todos los que fuera posible.

Recuerdo lo nerviosa que estaba y lo fuerte que me palpitaba el corazón. Me deba tanto miedo que no le gustase el vídeo. Me daba tanto miedo decepcionarle...

Y mira por dónde~ Puede que este año, a nuestros 21, haya sido el último en que sea capaz de estar cerca si quiera de ella.

¿Qué pasará el año que viene? ¿Cómo de lejos de mí estará?
Waaaah... Hahahaha es sencillamente aterrador pensar en ello.
Sé que tiene que irse. Sé que la he echado. Sé que debo dejarlo atrás, todo. Pero no quiero que desaparezca.
¿Cuál será el día en que la vea por última vez?  Qué miedo haha~ Ni siquiera puedo imaginarlo.

No quiero que llegue hahahaha No quiero...

Maldita sea es mi puto cumpleaños... ¿Dónde estás Hoshi...? ¿Dónde estás...?

Gracias por acordarte... De verdad... Gracias... Porque si no te hubieras acordado, si hubieras llegado tarde, si hubieran pasado las 12... Se me habría partido el corazón un poquito más...

Es del todo absurdo, ¿sabes? Porque se supone que sé de sobra cómo son las cosas. Sé de sobra lo poco que te importo, joder si es que sé de sobra que te doy totalmente igual. Si es que lo sé... Pero... Jope... Jope...

En tu cumpleaños hace dos meses justos, quería haberte dicho tantas cosas... Quería decirte que por favor tengas mucho cuidado. Quería decirte que no importa si ya no estás conmigo o si eso me hace daño, que esperaba que fueras feliz con los demás miembros del grupo de baile.
Quería decirte que te quiero... Que siempre te querré, que por favor no me olvides, aunque no puedas quererme.
Quería decirte que ya estás un poquito más vieja, y que la tarta con forma de estrella, de fresa y con anisitos que te hizo Maora el año pasado en realidad la hice yo.
Quería decirte que también este año me ocupé yo de tu regalo. Y que no pude dejar de pensar en ti cuando estuve en Japón.
Que dibujas como nadie. Que tengo colgado tu dibujo de Yuko siempre en mi habitación excepto cuando vienes, para que no sepas que aún te espero.
Que guardo el cuatro que me regalaste como el mayor de mis tesoros, y que de vez en cuando hablo con él, y le cuento cuantísimo te echo de menos.
Quería decirte que cada vez que veo anuncios de gatos iguales que la Misi entre las páginas que sigo, me aseguro de comprobar que no son ella, y que si la encontrara iría a buscarla, sólo para dejar que la vieras aunque fuera un última vez.
Quería decirte tantas cosas que no puedo... Por un instante pensé en hacerlo, resumidamente. En decirte al menos alguna de estas cosas, pero las chicas ya te habían escrito cosas, y después de todo, como dije, lo que querías oír y de quién lo querías oír, ya lo tenías.

Yo hace tiempo que no pinto nada en tu vida.
Pero espero que lo pasaras genial. Que no te deprimiera demasiado hacerte vieja, y que no pensases demasiado en aquello que piensas a menudo de que se te está pasando la vida. Porque sé que lo piensas. Sé que te agobia y que no sabes qué hacer al respecto. Sé que la respuesta fácil es buscar un trabajo, que ese es el punto de partida, pero puede que algún día te des cuenta de que lo que siempre te dije era verdad y eso te sirva para seguir adelante.

Nadie se imagina cuanto agradezco que me felicitases, aunque fuera un cuarto de hora antes del límite de tiempo. Me has dicho que siempre felicitas de las primeras o de las últimas, y es cierto.
Tengo dos teorías al respecto. Basándome en mi experiencia podría pensar que se te ha olvidado, y te has acordado en último momento, pero... Si me baso en lo que creo saber de ti, lo has hecho porque odias ser como el resto. Porque probablemente nadie esperaría tanto para felicitarme, y a los que se les hubiera olvidado, seguramente ya no lo recordarían hasta el día siguiente.

Pero eso me ha asustado tanto... Puedo jurar que me daba miedo... ¿Sabes? Cuando me hacías daño, cuando hacías algo que dolía mucho, cuando sabía que iba a pasar pero ponía mi fe ciega en que no, pasaba muchísimo miedo. Porque sabía que iba a doler, sabía que iba a doler mucho, pero me hacía la fuerte y esperaba repitiéndome a mí misma que tenía que ser una amiga digna de ti. Que tenía que confiar en ti, que no ibas a fallar, que esta vez todo iría bien, que tenía que ser paciente y tener esperanza en nuestra amistad.

Si se supone que ya no espero nada, ¿por qué me sigue dando tanto miedo?
¿Sabes que últimamente me ha dado por imaginar que existen mundos paralelos?
A veces me paso el rato planteándome cosas como que si existiera un mundo paralelo en que tú me elegías a mí, preferiría saberlo o no saberlo. Porque al fin y al cabo ese no sería mi mundo, no podría vivirlo.
A menudo pienso que me encantaría visitarlo. Vivir un día en ese mundo, aunque fuese uno. Pero cuando recuerdo lo feliz que era cuando estábamos juntas, cuando me sentía invencible y nadie podía hacerme daño, y me doy cuenta de que si viviera un día en un mundo en que no te he perdido, y más después de saber lo que es perderte, al volver dolería tantísimo que probablemente no podría soportarlo.
Pero tengo tanta curiosidad por saber cómo sería... Si existe, le tengo tanta envidia a la yo de allí.
Ojalá esté disfrutando de tu compañía. Ojalá sea extremadamente feliz, tanto como yo lo sería.

Acabo de encontrar una foto que me regalasteis en mi cumpleaños de los 17.
No he podido evitar llorar infinitamente al leer "ya no estamos en el mismo instituto, y lo último es de lo poco que no hemos hecho juntas, porque todos los recuerdos que tengo, en prácticamente todos hemos estado juntas (en los que nos conocemos owo). Por eso a veces pienso que me hubiera gustado conocerte antes, pero, después de pensarlo muy mucho pienso que las cosas pasan como pasan por algo".

Cuánta razón tenías... Dios cómo te echo de menos. Cómo quisiera volver atrás en el tiempo al mismo instante en que lo leí por primera vez y abrazarte. Abrazarte fuerte, como si no tuviera intención de soltarte nunca más. Porque sabría cuantísimo te iba a echar de menos en este mismo momento, este día, a esta hora.

Te juro que yo no quería esto. Yo no quería dejarte, yo no quería alejarme, yo no quería perderte. Te lo juro... Te prometo que duele tanto estar cerca de ti, hunde tanto que tengo que alejarme a km. Te prometo que te adoro con todo el corazón y te que te echo tanto de menos que lloro unas tres veces a la semana. Y eso que ya ha pasado un año.

Jope, quiero hablar contigo. Quiero coger el teléfono y decirte algo en este mismo momento. Quiero hablar contigo e intentarlo de nuevo, quiero que me digas que me quieres y que vas a hacerlo.
Pero no puedo. Sólo puedo llorar delante de la pantalla sabiendo que nada de lo que diga, haga o ruegue va a servir de lo más mínimo.

Es que jope... JOPE... Lo hacíamos todo juntas, todo... Es tan duro maldita sea... 

viernes, 4 de noviembre de 2016

~ ¿Por qué será? ~


A veces me doy cuenta de que no me conozco a mí misma en absoluto.

Hace dos días tuve una discusión, o algo así... Con uno de los miembros de mi ex-grupo de baile. Pero pude ver claramente cómo esta persona iba a por mí. Probablemente porque su personalidad y la mía no están hechas para combinar bien, quién sabe, y quizás eso le lleva a estar más irascible conmigo, lo que, unido a mi poco tacto cuando algo me molesta, desenlaza en algo como aquello.

Pero tener que escuchar de alguien que no sabe nada de mí o de mi vida que soy una persona tóxica... ¿Realmente merezco eso?

Cuando uno se enfada en caliente puede llegar a decir muchas cosas que le molestan, pero algo como pensar que una persona es tóxica hasta el punto de intoxicar todo lo que toca, palabras como esas no son palabras que uno diga en caliente. Cosas así uno viene pensándolas de antes.

¿Lo que me sorprende? Que me duela tanto.

Me duele que me lo digan. Me duele que nadie me defienda, que nadie sea capaz de decir "te has pasado". Me duele que a pesar de todo, nadie vea que me contuve a mí misma, que tenía razón en lo que decía y que a pesar de eso he intentado averiguar qué parte de culpa me toca.
Me duele que no se queden ni un poco a mi lado. Y no me refiero a ponerse de mi parte, para nada, sino a mostrar un poco de apoyo.

Pero lo gracioso es que mi cabeza se ríe de mí, y me dice cosas como "pero si ya lo sabías, ya sabías que no son tus amigas".

Y si lo sabía, ¿por qué me duele?

No sé, a veces, creo habérselo comentado a alguien, sentía que no encajaba en absoluto allí, por hecho de tener gustos tan distintos, pero justo la persona con la que discutí, no sé, creía que intentaba ayudarme a que esa diferencia se minimizara, buscando puntos en común. Y yo se lo agradecía y tenía en cuenta. De veras que lo hacía...

Me esforcé mucho... De veras que me esforcé. Lloré antes de muchos ensayos, por tener que pasar tiempo con Hoshi, por tener que verla feliz, por tener que fingir que no pasaba nada. Me rendí  y asumí que sólo podría bailar cosas que, bueno, me gustan pero no me fascinan, pero qué mas daba mientras pudiera bailar con amigos. Lo único que siempre pedí es algo de compromiso, que nunca llegó. El compromiso que yo puse desde el principio, y eso nadie puede negarlo.

Y para colmo este último mes estaba intentando arreglar esa parte de mí que molestaba al resto. Esa parte que dice las cosas de forma directa, que discute, que crea debate. ¿Y todo para qué? Para seguir teniendo la culpa a pesar de tener razón en lo que digo.

¿Por qué personas que dicen ser mis amigas permiten que se me trate así?
Y reitero en que no por ello tienen que elegir un bando, pero de hecho es lo que han hecho. Han elegido aquel en el que no estoy yo, y no me sorprende, si siempre lo he sabido. Siempre lo he sabido, pero aún si la prefieren a ella, que no me molesta en absoluto, lo injusto es injusto. Esa es la parte que no entiendo.

Y tampoco entiendo por qué me duele. Se supone que a mí estas cosas ya no tendrían ni que rozarme. ¿Entonces?

Entonces... ¿Por qué será que estoy llorando otra vez?