A veces, cuando limpio, cuando no tengo nada mejor que hacer, cuando me siento con ganas de expresar al mundo (o sea, a mi cuarto(?)) lo que pasa por mi mente y una rara sensación me invade, me subo a mi escritorio, abro la ventana y dejo que el aire pase desde mi espalda, sobre mis hombros y a través de mi pelo hasta mi cuarto y las piernas colgando. Es agradable y me permite observar mi habitación al completo.
Hoy ha sido una de esas veces. Y es curioso, porque cuanto más miraba a mi alrededor, más me daba cuenta de cómo poco a poco he ido consiguiendo todo lo que iba queriendo, mis pequeños objetivos, mis pequeños logros. Los cómics en mi estantería, ¿cuántos debo de tener? Tal vez llegue a cien. Puedo recordar a la perfección aquellos días en los que el manga lo era todo y sólo pensaba en llegar mi estantería, quería todos esos tomos que me hacían vivir mil cosas nuevas, quería todas aquellas geniales historias para poder leerlas y leerlas una y otra vez y ahora lo miro y allí están. Todas y cada una en su sitio, ordenadas, mostrándome un pequeño sueño cumplido que había dejado pasar sin más.
Entonces sigo mirando y me encuentro con mis paredes, pintadas a mi gusto. Yo elegí los colores, yo elegí los dibujos. Recuerdo lo que me costó convencer a mis padres de que me cambiasen de una vez esa ridícula cenefa de conejitos amarillos e_e(true story(?)). Sigo y veo los cuadros~ el de Hoshi, los pósters de Jonnhys, post-it's recordatorios que he ido dejándome durante el curso para no olvidarme de estudiar esto o hacer aquello... Todo. Todo me muestra el mundo en el que vivo. La vida que paso a paso junto a otras personas he ido creando. Y de pronto, cuando más mentida estoy dentro de mis pensamientos y de mis recuerdos caigo en la cuenta: ¿en qué momento he llegado al presente?
Es como si de pronto me despertase y hubiera pasado todo solo, como si de pronto alguien me hubiera dado su puesto y me despertara en la vida de otra persona a la que le faltan dos meses para ser universitaria. Cuanto más lo pienso menos sentido le encuentro, ¿universitaria, yo? ¿En qué momento han pasado estos tres últimos años? ¿Dónde se han quedado?
Ayer mismo tenía miedo porque el tiempo pasaba volando y a mí no me daba tiempo a alcanzarlo, a vivirlo, a disfrutarlo. Ayer sentía que el tiempo se me iba demasiado deprisa y de pronto hoy es como si el tiempo volviese a ir a su ritmo y fuese yo la que no se mueve. Como si me hubiese quedado sentada, viendo como mi sombra hace sola el camino... Todo es tan extraño... Y resulta que el presente que creía gustarme, el presente que siempre he deseado, mi presente de ahora... Me da pánico...
Durante estos dos años, estos dos años atrás, ¿Qué he estado haciendo? ¿Qué sentido ha estado teniendo mi vida? No lo entiendo... ¿En qué momento he llegado yo sola a la universidad? ¿En qué momento mi mundo se ha reducido tanto?... ¿En qué momento empecé a estar tan asustada?...
Ahora me pregunto si ese será mi lugar, si eso es lo que debo hacer, si mi elección ha sido la correcta. Todo parece ser genial, pero para mí, un mundo nuevo, un cambio es un salto al vacío. Lo mejor es que soy de las personas que opinan que los cambios siempre vienen para bien, yo misma lo he comprobado con mi vida pero... Eso no quita que me muera de miedo... En apenas dos meses de nuevo vuelta a empezar, vuelta a rehacer mi vida, vuelta a girar todo mi mundo... Y me da miedo que sea demasiado radical, me da miedo no encajar, me da miedo no estar agusto... Me da miedo absolutamente todo.
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