martes, 16 de febrero de 2016

~ Maybe ~


Estaba pensando que algún día me gustaría hablar de mis amigas.
Las amigas que conocí en la universidad, y gracias a las cuales no he perdido la esperanza en lo que viene siendo el concepto de "amistad" cuando ya creía que era yo la loca.
Es curioso. Ambas, cada una por su parte, tiene como si fuera una pequeña parte de mí. O al menos así es como me siento con ellas. No somos iguales, ni de lejos, peor somos bastante complementarias porque hay muchos aspectos en los que nos parecemos y muchos otros en los que diferimos, y eso hace que con ellas me sienta como en casa, gracias a Dios.
Quizá algún día me sienta preparada para hablar de ellas, pero como dije en la entrada anterior, aún me quedan muchos demonios con los que luchar antes de poder quitarme los miedos.

Como es evidente, no estoy llevando bien nada de lo que pasa con Hoshi. De hecho pensaba que lo llevaría mucho mejor de lo que estoy consiguiendo, pero, ¿qué otra cosa puedo hacer?
Antes de ayer, el domingo, en el ensayo, por alguna razón no me sentía enfadada o dolida como tal. Era como si me hubiera tomado un calmante (o como si me hubiera fumado un porro, que ojalá(?)). El caso es que cuando miraba a Hoshi sólo conseguía echarle de menos. Echar de menos el tiempo en que me hacían gracia todas sus tonterías, esas que, sin todo ese dolor que suelo sentir a diario, resultan graciosas cuando piensas "es que es Hoshi". Eché de menos que me invitara a su casa, que tuviera ganas de verme o de quedar, eché de menos cogerle la mano, hablar a diario de cualquier tontería, que me prestara atención o al menos lo pareciera durante los 5 minutos en lo que consigues que lo que le estás diciendo le interese. Y bueno, tantísimas otras cosas... Incluso sentí que tenía ganas de darle un abrazo, uno de verdad, uno de los que duran unos pocos segundos y en los apoyas la cabeza en el hombro de la otra persona y respiras hondo, así que cuando nos despedimos, por primera vez en mucho tiempo, no sólo mantuve el contacto sino que le di un mini abrazo pero no parecía muy por la labor así que al final no valió la pena en absoluto. -se encoge de hombros.- debí suponerlo.

De todos modos, gracias a que no vino tampoco esa tarde hoy puedo decir que estoy en el Ghetto, que es un grupo más íntimo de amigos de japo que considero personas muy buenas y cuya compañía me gusta mucho. Me han aceptado con ellos y me tratan con cariño y eso es bonito x3 Ea, no todo es malo, eso es obvio. Es más, diría, o sé, que la vida siempre hace eso. Hay cosas que son inevitables pero cuando intentas hacer las cosas bien busca el modo de compensarlo un poco para que tengas una de cal y una de arena.

No sé... Daría lo que fuera porque viniera a hablar conmigo, Sólo por eso. Sólo venir a decirme lo que piensa, a interesarse por cómo estoy a ser sincera de una vez por todas para que mi vida pueda tomar un rumbo claro. Pero no va a hacerlo. Y nadie va a pedirle que lo haga, y menos yo.
Aunque a veces me muera de ganas, no puedo permitirme caer ya más bajo. No puedo arrastrarme hasta extremos como esos para conseguir algo que ni siquiera habrá salido de su propia voluntad tras haberlo pensado. No se trata de dignidad u orgullo... Es más bien una cuestión de mantener los trozos de mi corazón juntos, ya sea con los hilos que las personas que ahora tengo a mi lado sujetan.

Por cierto, se llaman Mana y Candy. Y las adoro.


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