martes, 9 de febrero de 2016

~Sayonara ~


Me he cortado el pelo.

Hacía años que no me cortaba el pelo, pero esta vez era necesario. Hacía bastante que llevaba las puntas, o más bien casi la mitad de la melena seca, estropeada por las mechas californianas, áspera.
Así que me he cortado el pelo. Lo llevo un poco más bajo que el nivel de mis hombros, pero en comparación es como si tuviera la mitad de pelo.
Me he despedido de las mechas, del pelo muerto, reseco y dañado. Aunque resuelta que en las puntas, las de ahora, aún queda un pelín de color. Por lo visto tenía las mechas muy arraigadas.

La verdad es que me corté el pelo porque necesitaba sentir que algo estaba cambiando de verdad en mi vida, que no estoy atrapada en un bucle infinito de dolor y malestar continuos. Pero lo cierto es que cortarme el pelo no me ha quitado esa mala costumbre de tener al menos una vez al día ganas de llorar al pensar en Hoshi.

Han pasado los años, mis métodos han ido cambiando, pero la verdad es que mi corazón no ha dejado de llorar ni un sólo día.
Jamás pensé que algo tan doloroso pudiera ser cierto. ¿Increíble no? Cuando escribí aquí por primera vez... Mis sentimientos aún eran "puros". Sentía admiración, cariño, amor, amistad... Todo junto, y personificado en mi "mejor amiga", en Hoshi.
Y ahora siento dolor. Sin más, dolor. Puro, pesado, insoportable, insufrible, y sobretodo, asesino. Todo el tiempo.
Sabía que sería así. Sabía que dolería. Sabía que esta elección sería una herida que llevaría conmigo el resto de mis días.
Lo que no sabía es que a Hoshi eso no le importaría ni lo más mínimo. Lo que no esperaba era ver que lo que a mí me está consumiendo los días para ella no ha sido más que una cosa más en su vida. No esperaba ser tan fácil de sustituir~
Lo sé, qué estúpida, ¿verdad? Y tenéis toda la razón del maldito mundo. Durante 10 años he sido una estúpida. A veces me pregunto cómo he podido estar tan ciega. Cómo he podido pensar durante todo este tiempo que me quería, que le importaba, que era alguien especial en su vida. Cómo he podido pensar que hacer girar mi vida en torno a Hoshi, que dejarme la piel en ayudar en todo lo que pudiera, en preocuparme, en denigrarme y dejarme chafar podría significar algo para Hoshi.
Pues así es, fue así de estúpida.
Y lo peor es que eso está pasando factura.

¿Sabéis de qué me di cuenta hace poco? De que esto tiene malditas consecuencias. De que ahora, cada vez que conozco a alguien nuevo, en cuanto empieza a importarme, me entra el pánico. Siento verdadero pánico a dejar de importarles a las personas de mi alrededor. Siento que en cualquier caso nunca seré la elección de ninguna de ellas. Siento que llegado el momento, no seré la prioridad, de nadie, nunca. Qué injusto~

¿Y sabéis qué más? Que ya hace tiempo que me siento incómoda con los abrazos.
Unos años atrás me pasaba la vida abrazada a alguien, me gustaba, incluso nos saludábamos así entre mis amigas. Ahora me siento de lo más incómoda. No me gustan, me agobian, me hacen sentir extraña y no me gustan. Así que los evito siempre que puedo.
Y también me he dado cuenta de que no soy una borde~ Cuando en algún momento del día dejo de sentir dolor, o se me olvida por un rato que Hoshi existe, me siento tranquila y no actúo como una verdadera sargento. Pero el resto del tiempo me duele la garganta, siento tirante el cuello, la espalda y siento que a mi alrededor las cosas me indignan con facilidad, me cabrean o tengo algo que decir al respecto.
Resulta que buscando información he descubierto que eso es un efecto secundario del dolor, y en algunos casos de depresión. Pero seamos realistas, yo no estoy deprimida, ¿no?
Aunque ahora mismo quiero llorar. Pero eso no es depresión, o al menos, creo que no lo es.


...

He estado pensado en dejar el grupo de baile. En dejar japonés. Para no verla. Porque como podréis haber supuesto fácilmente, verla es algo así como caminar sobre clavos para mí. Pero son cosas tan importantes para mí... Pero tan importantes... ¿De verdad tengo que renunciar a ellas?
No quiero hacerlo, no sé si soy capaz, pero juro por lo que más quiero en esta vida que lo haría con tal de dejar de sentir lo que siento...
No sé si sabréis lo que es o no, pero el caso es que perder a alguien tan, pero tan importante para ti ya es de por sí doloroso, pero además verle feliz sin ti, como si nada, como si ya fueras parte del pasado, y más aún, ver como se esfuerza haciendo todo lo que no hizo contigo por otras personas, mientras ve como te hundes sin importarle lo más mínimo, eso es... Tan insoportable...
Querer tanto a alguien, querer tanto como yo quiero a Hoshi, y como siempre la querré sabiendo que jamás te han querido y que jamás lo hará... Es tan insoportable que haría lo que fuera por dejar de sentir este dolor que siento. Una traición al corazón como esta... Ojalá nunca tengáis que pasar por ella. No se la deseo a nadie... A nadie. Ni siquiera a ella. ¿Por qué sabéis? Yo no quiero que sufra, no quiero que lo pase mal o que llore, yo sólo quiero importarle... Es lo único que quiero y si perderme le importa debería dolerle... No se trata de que quiera hacerle daño o de que me alegre que lo pase mal, todo lo que quiero es que le importe... Pero eso no pasará. Nunca lo hará.

Siento una gran necesidad de discutir con Hoshi, a gritos. De decirle todo lo que siento, de gritarle lo enfadada que estoy, de exigirle justicia y de rebatir sus argumentos, de saber lo que narices piensa o siente. Pero eso tampoco pasará. Porque si hablamos se quedará en silencio, dejará que todo pase y mañana estará como si nada. Y su vida seguirá mientras ella se dice a sí misma que el dolor lo lleva por dentro, que es que ella no se sabe expresar, pero su vida seguirá como si nada.
No saberse expresar no significa que olvides las cosas sin más. Incluso alguien que no se sabe expresar, con algo como esto, se vería afectado. Si le importase claro.
Quisiera que al menos me mirase a los ojos y me dijera "No te quiero. No como te hice creer, no como tú me quieres". Para al menos sentir que tengo derecho a enfadarme. Para al menos que esa parte de mí que siempre se empeña en hacerme sentir culpable me diga cada día de mi vida que todo es culpa mía.

En fin qué más da, me tocará simplemente cerrar los ojos y seguir adelante. Supongo, ¿no?
Aunque ya no estoy segura de si hay un "delante".




Ah, por cierto, por si no lo habíais pillado, lo del pelo es una metáfora.
Me lo corté porque he perdido una parte de mí que ya nunca volverá, porque aunque crezca, el pelo nuevo no volverá a ser como el que tenía. Jamás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario