lunes, 26 de diciembre de 2016

~ Hasta siempre ~

De pronto un día te levantas y te das cuenta de que no puedes seguir así. Te das cuenta de que cuando quieres tantísimo a alguien, y eres totalmente consciente de que eso no va a cambiar, necesitas buscar el modo de que no te duela.

Porque cuando te duele alguien, cuando te duele tanto como le quieres, se vuelve insoportable. Literalmente insoportable. Y esto no quiere decir difícil de llevar, quiere decir que NO puedes llevarlo, que te consume. Que te mata.

Así que lo he decidido.

Tal vez lo he hecho ahora porque ahora es cuando por fin soy capaz. No puedo estimar el tiempo que me ha costado. Años, decisiones, incontables lágrimas y momentos de rompedor desconsuelo... Pero eso me ha llevado hasta aquí. Hasta ese día en que por fin soy capaz de tomar la decisión de perdonar. Como sea, cuando sea, y por mi cuenta. Porque quiero a Hoshi. Con toda mi alma. La quiero y eso no va a cambiar. Y si no va a cambiar, ¿qué pasará el día de mañana? Si me la encuentro por la calle, ¿qué es lo que quiero sentir al verla?

Si el día de mañana me la encuentro, por Dios, no quiero que me duela... Quiero mirarla y poder sonreír recordando cuánto la quiero y cuánto le debo. Quiero sentir ganas de ir a abrazarla, a preguntarle cómo le va todo.... Quiero sentir una nostalgia que me encoja el corazón sin partírmelo. Aunque eso quizá sea pedir demasiado.

Pero necesito intentarlo.

En realidad eso pasó ya hace unos días. Puede que una semana o dos. Pero no era capaz de venir a contármelo a mí misma. No era capaz, aunque no sé muy bien por qué. Tal vez por miedo a arrepentirme, o tal vez a sentir que en realidad no soy capaz de seguir adelante con la decisión que he tomado. Pero creo que puedo, aunque flaquee en algunos momentos, creo que puedo hacerlo...

Quiero dejar de culpar, a Hoshi, a mí misma, al mundo, a la vida... Sólo quiero poder estar orgullosa de lo que soy, de dónde he llegado cada día de mi vida y de lo que dejo a mi paso.

Así que fui a ver a Hoshi, a sabiendas que esa podría ser perfectamente la última vez que nos veamos y le dije que siempre la iba a querer. Le dije que sentía no haber podido hacer las cosas mejor. Que sentía haber sido insoportable en muchas ocasiones, que sentía quererla y haberle hecho daño y que necesitaba que entendiera que mi cabeza y mi corazón están llenos de maravillosos y valiosos momentos a su lado, a pesar de que mi coraza sólo me deje mostrar la peor parte de mí.
Le dije que por favor, por favor... La próxima vez que fuese a juzgar nada de lo que yo haga o diga, antes de hacerse una opinión, tratase de basarse en lo que sabe de mí. En lo que siempre ha sabido, y no en lo que ve, como hacen los demás.

La voy a echar tantísimo de menos... Ojalá hubiera podido despedirme. No mi yo actual, sino mi yo de entonces.  Ojalá hubieran podido darse un último abrazo y haberse dicho "hasta siempre". Aunque, ¿sabéis? Tal vez lo hicieron, pero no supimos entenderlo.


Bueno... Por cierto, Feliz Navidad.
Para variar a mí las preocupaciones nunca me vienen solas. El día de Nochebuena faltó mi tío Pepe.
No había mejor día, ¿eh? Pues para colmo había discutido con mi padre y eso había llevado a que mis padres discutieran entre ellos, pero... Mi tío Pepe nos dejó un último regalo. De no haber sido por su silenciosa y tranquila partida ni siquiera sé si habríamos cenado todos juntos esa noche.

Al final todo fue bien, dentro de lo que cabe. Mi tía se quedará unos días con nosotros. Me parte el alma oírla decir entre lágrimas que ya se le han ido todos. La vida es muy injusta, ¿verdad?
Me pregunto si disfrutará arrebatándonos las cosas que más queremos poco a poco, en su justa medida, para que podamos seguir, heridos, pero vivos.

De cualquier manera está mucho mejor, pero me da miedo que vuelva a casa. Es la casa en la que vivía con él y con mi tío. Es una casa grande, sombría y ahora triste -suspira.- ojalá lo lleve bien... Y ojalá sepa que siempre nos va a tener a su lado. Porque somos familia, sea sanguínea o no, ella es parte de nuestra familia y siempre lo será.

Ah... Y otra cosa más... An-chan...
Buff... ¿Qué hago con mi vida, Hikaru?
¿Por qué las cosas tienen que ser tan complicadas? Se me escapa del entendimiento...
Podría ser sencillo. Podría ser mi amigo, uno de verdad, uno con el que poder ser yo misma sin miedo, pero no... Las cosas siempre tienen que complicarse.

Y la peor parte de esto es que la culpa es enteramente mía. Por alguna razón, como sabéis, no importa lo que haga, siempre va a estar mal. He. He.

Si lo sabía, ¿por qué no hice las cosas como deben hacerse? ¿Por qué tiene que ser An-chan la persona con la que siento que puedo hablar?
Cuando le muestras tu lado débil a alguien es totalmente lógico que quiera protegerlo. Y si lo sé, ¿por qué cojones no me coso la boquita un poco? Parezco imbécil...

Escondiéndome en el "si no me ha dicho nada, no tiene por qué ser eso" a pesar de saberlo... Porque joder, ¿cómo no iba a saberlo?

Siempre tiene que ser así... Siempre tiene que haber algún punto en el que yo haga las cosas mal.
No existe... La situación o la persona con la que pueda simplemente descansar y no pensar en si voy a hacer daño o no, en si tengo que ser fuerte o no, en si puedo sincerarme o no y pueda hacerlo sin más.
Sé que cree que puede ser esa persona, pero no puede. Ojalá lo entendiese...
Yo una vez estuve enamorada de mi mejor amigo. Diría que es la única vez  que me he enamorado. Y pensaba exactamente como lo hace él, pero las cosas no son así de simples. Hay que estar en este lado de la ecuación para entenderlo. Y mientras esto siga así no lo entenderá nunca. Y eso sigue siendo mi culpa.

¿Cómo le explico que ni siquiera sé si quiero a la gente que tengo alrededor?
¿Cómo le explico que no quiero que se sienta demasiado especial porque ni siquiera entiendo lo que siento por la gente que tengo cerca, a la que se supone que quiero?

Es tan difícil que me dan ganas de arrancarme las venas de cuajo.
¿Cómo le dices eso a una persona?
No mira, es que me sale invitarte a casa, quedar, vernos mucho, que estés con mi familia y contarte lo que no le cuento a nadie más porque me siento cómoda, porque te considero importante para mí, pero no quiero que te sientas demasiado especial porque ni siquiera puedo decir que sienta lo mismo en ese sentido (de amistad incluso) y el día de mañana podría hacerte exactamente lo mismo que Hoshii me hizo a mí.

Es que da pánico, ¿sabéis?
Da pánico pensar que podría hacerle lo mismo a alguien. Da pánico pensar que tendría que soportar herir tantísimo a alguien...
Sé que debería ser más fuerte. Si hasta ahora lo he sido, podría serlo.. Pero a veces siento que me gustaría que alguien me escuchase y que a alguien le quede constancia de la fuerza de mis sentimientos y An-chan siempre está ahí... Y caigo de nuevo en hacer algo que NO debería.

Y sí, cuando hablemos, cuando se lo diga, dirá que es injusto, que como amiga suya que soy eso es lo que en realidad debo hacer, que debo confiar en él, pero no se trata de eso... No se trata de confiar o no. Se trata de aprovecharme de su cariño y de su confianza, que al final es el resultado de toda esta situación. Y lo sé, porque lo acabo de vivir.

No sé cómo explicarlo, tal vez que si leyese esto seguiría en sus trece. Es más, tal vez no, con total seguridad sé que pensaría "eso no es así". Pero es sólo porque no sé cómo explicarlo, pero sí lo es. Y el día de mañana, cuando todo esto haya pasado... En algún momento de su vida lo entenderá. O eso espero...

Pero, ¿y mientras?
No sé si les quiero pero sé que me aterra perderles. ¿No es ridículo?
"No sé si te quiero, ¡pero no te vayas! ¡No me dejes!"

何をこれ?  ちょうわがままですよねー私、最悪。。。

Por favor Hikaru, quiero hacer las cosas bien. Por favor... Por favor, basta... Ya no quiero más dolor de ningún tipo. Por favor quiero dar los pasos en la dirección correcta... Así que enséñamela...

世界の道を教えて。。。私に。。。





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